En el teatro tragicómico en que ha degenerado la política española española con desde que el socialista Sánchez ‘okupa‘ La Moncloa, la realidad supera a la ficción.
A la espera del el próximo acto de este vodevil, una cosa es segura: el hermano del marido de Begoña ha demostrado un talento innegable, aunque quizás no sea precisamente en el campo de las artes escénicas.
Como musico es muy mediocre, pero como conseguir de chollos, subvenciones, sueldos por la cara y prebendas, es un ‘fenómeno‘.
David Sánchez, alias ‘Azagra‘, hermano del amo del PSOE, ha protagonizado una declaración judicial que pasará a los anales de la historia como un ejemplo de desmemoria conveniente.
El pasado 10 de enero de 2025, el menor de los Sánchez Pérez-Castejón compareció ante la juez Beatriz Biedma en Badajoz, ofreciendo un espectáculo que oscila entre lo hilarante y lo escalofriante.
La investigación, que se centra en delitos contra la Administración Pública, prevaricación, tráfico de influencias y malversación, ha puesto de manifiesto la peculiar trayectoria profesional de David Sánchez.
De músico de dudoso talento a experto en conseguir puestos públicos y subvenciones, el hermano del presidente parece haber encontrado su verdadera vocación en los pasillos de la administración.
Durante su declaración, que se extendió por hora y media, David ‘Azagra’ demostró una sorprendente incapacidad para recordar detalles cruciales de su trabajo.
Cuando la juez le preguntó sobre la naturaleza de la Oficina de Artes Escénicas que supuestamente dirige, su respuesta fue digna de antología:
«Pues es la oficina que se encarga de… no sé, de las artes escénicas…».
Una definición que sin duda pasará a la historia de la tautología administrativa.
Pero la joya de la corona en este desfile de despropósitos fue su explicación sobre cómo consiguió el puesto en la Diputación de Badajoz.
Según Azagra, todo fue fruto de una búsqueda casual en Google mientras tomaba café.
«Eso se hizo en 15 minutos», declaró con una naturalidad pasmosa, como si encontrar un trabajo en la administración pública fuera tan sencillo como pedir un café con leche.
La ‘amnesia selectiva‘ de David Azagra alcanzó cotas estratosféricas cuando, en al menos diez ocasiones, respondió con un lacónico «no recuerdo» a preguntas fundamentales sobre su contratación y funciones.
Esta repentina pérdida de memoria contrasta vivamente con su aparente habilidad para localizar y obtener fondos públicos.
Un ejemplo flagrante de esta destreza es la subvención de 10.000 euros que el Gobierno de su hermano le concedió para organizar un festival rural «contra la despoblación».
Un noble objetivo, sin duda, aunque uno se pregunta si la verdadera intención no era más bien poblar las arcas personales del organizador.
La situación se torna aún más surrealista cuando se analiza el desempeño laboral de Azagra.
Incapaz de explicar la ubicación de su oficina o la composición de su equipo, el investigado afirmó que «acude siempre que lo necesita» a su puesto de trabajo, una flexibilidad laboral que muchos envidiarían.
Además, declaró trabajar «todos los días» de la semana por «pasión», aunque aparentemente esta pasión no incluye conocer los detalles básicos de su empleo.
El caso ha generado una ola de indignación y perplejidad en la opinión pública.
Mientras algunos ven en David Sánchez alias Azagra un ejemplo de nepotismo descarado, otros lo consideran un genio incomprendido de la gestión cultural.
Lo que está claro es que su habilidad para obtener puestos y fondos públicos contrasta dramáticamente con su aparente incompetencia para explicar en qué consisten.
Este escándalo no solo salpica a David Azagra, sino que pone en entredicho la integridad del gobierno de su hermano.
La oposición ya ha comenzado a exigir explicaciones, argumentando que este caso es solo la punta del iceberg de una red de favoritismos y mala gestión de los recursos públicos.
Mientras tanto, en los pasillos de la Diputación de Badajoz, se rumorea que la Oficina de Artes Escénicas podría estar preparando su obra maestra: una representación vanguardista titulada «Cómo conseguir un trabajo público en 15 minutos», protagonizada, por supuesto, por David Azagra.
En un giro irónico, parece que el hermano del presidente ha logrado lo que muchos artistas ansían: convertirse en el centro de atención.
Aunque quizás no de la manera que hubiera deseado.
Su performance judicial pasará a la historia como un ejemplo de cómo no actuar cuando se está bajo investigación.
- David Sánchez es conocido en algunos círculos como «Azagra», aunque se desconoce el origen de este apodo.
- La plaza que ocupa Sánchez se creó de forma apresurada en octubre de 2016, curiosamente justo después de que su hermano dimitiera como secretario general del PSOE.
- A pesar de las acusaciones, la Guardia Civil no ha encontrado indicios de un incremento patrimonial injustificado, desmintiendo rumores sobre una fortuna de dos millones de euros.
- El BBVA ha certificado que David Sánchez no posee la fortuna que se le atribuía, lo que plantea la pregunta: ¿es más pobre de lo que pensábamos o simplemente mejor ocultando sus bienes?
- La investigación se inició por una denuncia de Manos Limpias, basada en informaciones de prensa que sugerían que Sánchez ni siquiera acudía a su puesto de trabajo.
- Se rumorea que David Sánchez residía en Portugal, supuestamente para ahorrarse impuestos en España. Un gesto de solidaridad fiscal que seguramente su hermano, como presidente del Gobierno, habrá apreciado enormemente.