Un enigma y un misterio.
Porque enigmática es la cuestión que Antonio R. Naranjo plantea en su columna titulada ¿Qué tiene Sánchez con Marruecos?
Publicado el 19 de abril de 2025 en El Debate, el artículo pone sobre el tapete una pregunta que resuena desde hace mucho, de forma intrigante, entre la opinión pública española.
Y eso lleva al periodista y tertuliano a intentar desentrañar o al menos dejar patentes las razones, consecuencias y misterios del vínculo privilegiado entre Pedro Sánchez y Mohamed VI, rey de Marruecos.
En un contexto marcado por la reciente proclamación, hecha por el marido de Begoña, de que las relaciones entre ambos gobiernos atraviesan “el mejor momento” de su historia, Naranjo explora cómo, desde el decisivo apoyo de Sánchez al plan marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental en 2022, la política exterior española ha experimentado un giro sin precedentes que sigue generando controversia y preguntas sin respuesta clara.
La cuestión saharaui, el silencio sobre Ceuta y Melilla, los intereses estratégicos y el papel personal del presidente español se entrelazan en un relato que, según el autor, aún guarda zonas opacas.
Un giro histórico y sus implicaciones
La columna arranca recogiendo la tesis central: “No hay ningún misterio ni nada oculto salvo para quienes no quieran mirar: lo que tiene Sánchez con Marruecos es una relación de absoluta dependencia política y personal desde aquel día en que decidió entregar la posición histórica de España sobre el Sáhara a cambio de una promesa nunca explicitada.” Así, Naranjo sitúa el origen del nuevo marco hispano-marroquí en una decisión unilateral del presidente español, que alteró décadas de consenso diplomático.
El periodista insiste en que este viraje no solo supuso un punto de inflexión en las relaciones bilaterales, sino que también ha generado una serie de consecuencias políticas internas y externas aún por resolver: “Desde entonces, toda la política exterior española se ha supeditado a los intereses y exigencias del Reino alauita; cualquier discrepancia se salda con crisis migratorias, amenazas veladas o silencios cómplices sobre nuestras ciudades autónomas.”
El precio del entendimiento: silencios y dependencias
Uno de los fragmentos más incisivos del artículo subraya cómo este nuevo entendimiento ha traído consigo un delicado equilibrio: “La mejor prueba es que ahora todo son elogios, visitas conjuntas y compromisos públicos sobre cooperación en inmigración o comercio; pero nadie osa preguntar ni una palabra sobre Ceuta o Melilla.”
A lo largo del texto, Naranjo va desgranando los elementos clave que sostienen esta relación bilateral: la gestión migratoria —convertida en moneda de cambio política—, los acuerdos comerciales y el respaldo mutuo en foros internacionales. Sin embargo, advierte sobre los riesgos de una dependencia asimétrica: “Marruecos sabe que puede tensar la cuerda cuanto quiera porque Sánchez jamás romperá ese pacto tácito; al contrario, se esfuerza por demostrar lealtad incluso a costa de nuestros propios intereses nacionales.”
La sombra larga del Sáhara y las incógnitas abiertas
Cerrando su análisis, el autor apunta a las incógnitas irresueltas que todavía envuelven la posición oficial española respecto al Sáhara Occidental y a las repercusiones a largo plazo para la política exterior nacional: “A día de hoy seguimos sin saber qué ganó exactamente España con ese volantazo histórico; lo único cierto es lo mucho que ha perdido en credibilidad internacional y capacidad negociadora.”
A través de estos fragmentos literales —y otros pasajes donde resume con ironía las contradicciones gubernamentales— Naranjo plantea al lector si realmente existe un motivo justificado tras el viraje diplomático o si España se ha adentrado en una etapa de sumisión estratégica. El trasfondo es claro: la relación especial entre Sánchez y Marruecos es vista por el autor como un vínculo lleno de concesiones unilaterales cuyas consecuencias seguirán marcando la agenda nacional e internacional durante mucho tiempo.
Claves para entender la alianza actual
- El giro político impulsado por Pedro Sánchez en 2022 supuso un respaldo explícito al plan marroquí para el Sáhara Occidental.
- Las relaciones bilaterales España-Marruecos viven ahora “el mejor momento” según ambos gobiernos.
- El silencio sobre Ceuta y Melilla se mantiene pese a las constantes demandas sociales e institucionales españolas.
- La gestión migratoria se convierte en instrumento diplomático clave.
- Persisten dudas sobre los beneficios reales obtenidos por España tras este cambio de rumbo estratégico.
El análisis minucioso ofrecido por Antonio R. Naranjo invita a repensar no sólo los términos actuales del vínculo hispano-marroquí, sino también las razones profundas —y aún no confesadas— detrás de un giro político cuya trascendencia marcará época.