LA VERDAD TRAS EL MITO DE UNA FIGURA BÍBLICA

¿Era María Magdalena una prostituta?… redescubriendo a la ‘pecadora’

María Magdalena no fue una prostituta, sino una de las discípulas más influyentes de Jesús y testigo clave de su resurrección según los evangelios

¿Era María Magdalena una prostituta?... redescubriendo a la 'pecadora'

Pocos personajes del cristianismo han sido tan malinterpretados y tergiversados como María Magdalena.

Su nombre evoca imágenes contradictorias: para algunos, es símbolo de devoción y testimonio; para otros, la “pecadora arrepentida”, la mujer redimida por Jesús tras una vida de prostitución.

Esta visión ha impregnado el arte, la literatura y hasta la cultura pop, pero ¿qué dicen realmente los textos más antiguos y los estudios históricos recientes sobre ella?

La respuesta es clara: María Magdalena probablemente no fue prostituta.

Su identificación con la “mujer pecadora” del Evangelio de Lucas, que lava los pies de Jesús con sus lágrimas, es fruto de una confusión histórica consolidada en la Edad Media, no de datos bíblicos.

Los evangelios la presentan principalmente como una seguidora cercana de Jesús, liberada de siete demonios y testigo privilegiada de su crucifixión y resurrección.

El origen del mito: error, tradición y poder

El origen del mito se remonta al año 591, cuando el papa Gregorio I (“el Grande”) pronunció un sermón en el que fusionó tres figuras distintas: María Magdalena, María de Betania (hermana de Lázaro) y la mujer anónima “pecadora” que unge los pies de Jesús. Esta confusión sirvió a intereses concretos: reforzar modelos de redención femenina y limitar el papel activo de las mujeres en la Iglesia primitiva. La imagen de María Magdalena como prostituta arrepentida resultó tan potente que desplazó durante siglos su verdadero rol como discípula destacada.

La Iglesia ortodoxa oriental, por el contrario, nunca identificó a María Magdalena con la mujer pecadora ni con María de Betania. Para ellos siempre fue una figura aparte, venerada como “igual a los apóstoles”.

En 1969, el Vaticano corrigió oficialmente este error e instó a separar ambas figuras en el calendario litúrgico. Sin embargo, el estereotipo sigue vivo en el imaginario popular y en muchas representaciones culturales.

¿Quién fue realmente María Magdalena según los evangelios?

Los textos canónicos ofrecen pocos datos biográficos pero sí un perfil claro:

  • Natural de Magdala, localidad a orillas del mar de Galilea.
  • Liberada por Jesús de “siete demonios”, lo que muchos interpretan hoy como una curación física o espiritual, no como señal de pecado sexual.
  • Una de las pocas mujeres que acompañaron a Jesús y le apoyaron económicamente durante su ministerio (Lucas 8:1-3).
  • Testigo directo de la crucifixión y del entierro.
  • Primera persona en presenciar el sepulcro vacío y en ver a Jesús resucitado según varios evangelios (Juan 20:1-18).
  • En el Evangelio de Juan es quien transmite a los apóstoles el mensaje fundamental: “He visto al Señor”.

Ningún pasaje bíblico sostiene que ejerciera la prostitución ni que tuviera un pasado especialmente pecaminoso. Tampoco hay pruebas textuales sólidas que respalden teorías modernas sobre un posible matrimonio entre ella y Jesús; estos relatos proceden más bien de textos apócrifos o ficciones recientes como El código Da Vinci.

Curiosidades históricas y culturales sobre María Magdalena

  • En la iconografía cristiana medieval suele aparecer con un frasco de perfume o aceite: símbolo del ungüento con el que fue a embalsamar el cuerpo de Jesús.
  • En tradiciones populares francesas se dice que viajó a Provenza tras la muerte de Cristo y allí predicó hasta su muerte.
  • El “huevo rojo” es un símbolo asociado a ella en Oriente: cuenta la leyenda que presentó un huevo al emperador romano para anunciarle la resurrección. Por eso se le representa a veces sosteniendo un huevo.
  • En los siglos XIX y XX surgieron instituciones llamadas “Magdalene houses” o “Magdalenas”, refugios para mujeres consideradas “caídas”, perpetuando el estigma aunque con fines caritativos.

La Magdalena en el arte, el cine… ¡y Scorsese!

El mito ha calado tan hondo que aparece en todas las artes:

  • Pintores como Tiziano, Caravaggio o El Greco retrataron a María Magdalena como mujer sensual y arrepentida.
  • En películas como La última tentación de Cristo o La Pasión, sigue apareciendo como ex-prostituta.
  • El best seller El código Da Vinci popularizó globalmente la idea (sin base histórica) del matrimonio secreto entre Jesús y María Magdalena.

Recientemente, Martin Scorsese analizó su figura en el episodio final del documental The Saints, donde desmonta algunos tópicos sobre ella. Scorsese reconoce cómo las sucesivas versiones culturales han ido transformando su imagen desde pecadora hasta santa, desde marginal hasta apóstol.

¿Por qué importa hoy desmentir este mito?

Reivindicar a María Magdalena como lo que fue –una discípula influyente, testigo esencial del cristianismo primitivo– tiene implicaciones profundas:

  • Recupera el papel activo de las mujeres en los orígenes del cristianismo.
  • Ayuda a desmantelar lecturas misóginas o restrictivas sobre las mujeres en las iglesias.
  • Ofrece modelos alternativos para repensar la espiritualidad femenina desde una perspectiva histórica.

Como dice uno de los expertos citados: “Necesitamos hoy el coraje de María Magdalena para resistir las injusticias del mundo actual”.

Algunos datos locos sobre María Magdalena

  • En algunas regiones italianas se le atribuyen milagros relacionados con tormentas marinas o pestes.
  • Su supuesta tumba está rodeada aún hoy de misterio: existen varias ubicaciones disputadas entre Francia e Israel.
  • Se han hallado textos gnósticos donde aparece como intérprete privilegiada del mensaje secreto de Jesús.
  • Durante siglos se celebró su festividad asociándola al perdón y a la esperanza para quienes buscaban redención social.

Redescubriendo a una figura imprescindible

Hoy sabemos que María Magdalena fue mucho más que un estereotipo. Su historia real desafía prejuicios antiguos y contemporáneos. Fue una mujer valiente que rompió moldes sociales para seguir a Jesús; una líder silenciosa cuya voz fue clave para transmitir el mensaje fundacional del cristianismo. Su figura sigue invitando a revisar lo aprendido… y a mirar más allá del mito.

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